Primero que nada es necesario saber que una alimentación a base de alcalinos puede suprimir algunos alimentos que se cree, aumentan la acidez del cuerpo. Estas dietas son relacionadas mayormente con un alto nivel en el pH del cuerpo. Además también tiene relación directa con los niveles de acidez en la orina, intestino y sangre.
Si contamos con un nivel muy alto de ácidos, podemos llegar a desarrollar una serie de enfermedades crónicas. Estas pueden poner en riesgo nuestra salud, haciendo que sea mucho más difícil perder peso. En casos extremos puede llegar convertirse en un problema difícil de tratar.
Factores que pueden afectar la acidez del cuerpo
Es sabido que el nivel normal del pH en el cuerpo humano debe rondar en 6.5 – 7.-5 cada día. Es cierto también que los hábitos alimenticios y el estilo de vida pueden afectar considerablemente estos valores, por ello es recomendable mantener un nivel promedio entre 7.3 – 7.4, cifra recomendada por los especialistas.
No sólo la dieta puede afectar la acidez, otros aspectos de nuestro estilo de vida pueden repercutir en esto. La actividad física es una de las causas más frecuentes, seguido del estrés crónico provocado por el exceso de actividades o pendientes inconclusos, la exposición a productos químicos y la baja ingesta de fibra, entre otras cosas más.
La dificultad de una dieta alcalina
Someternos a una dieta de alcalinos puede ser una tarea difícil para nosotros. Y es que esta elimina muchos alimentos que consumimos en nuestra rutina diaria en la mayoría de las dietas. Este puede ser uno de los motivos que por lo general causa que las personas terminen abandonando esta nutrición.
La gran mayoría y el grueso de esta dieta es estrictamente vegetariana y vegana. Por ello resulta una alimentación tan difícil para aquellos que son amantes de la carne y el café, pues representa una lucha contra sus hábitos alimenticios. A pesar de ello, puede tener unos aportes muy significativos en nuestra salud, que de no tomarlos, pueden provocar enfermedades severas.
En los alimentos procesados podemos encontrar una gran cantidad de sodios. Estos componen la mayoría de las dietas modernas a las que muchas personas se someten en la actualidad. Eventualmente esto nos puede conducir a una cantidad excesiva de ácidos en el cuerpo.
Beneficios de aumentar los alcalinos en nuestra dieta
Si logramos eliminar la mayoría de estos alimentos, causantes de la acidez y la inflamación, es posible aumentar el fósforo, magnesio y otras concentraciones de calcio en la sangre. Obtendremos de esta forma, unos beneficios que pueden ayudarnos a proteger la densidad mineral ósea, reducir la hipertensión, y prevenir algunos tipos de cánceres.
Un nivel de ácidos elevados en nuestro cuerpo puede filtrar el calcio y algunos minerales de los huesos, aumentando la probabilidad de desarrollar osteoporosis. Con una dieta rica en alcalinos, podremos reemplazar los minerales perdidos, lo que frenará este tipo de problemas. Debemos tener en cuenta que es una dieta de muchas frutas y vegetales.
También puede ayudarnos a disminuir la inflamación y la presión arterial. Para personas con problemas de salud en el corazón, puede ayudar a reducir las probabilidades de un accidente cerebro bascular y un ataque cardíaco. Además, es una dieta rica en nutrientes críticos que nos aportarán magnesio, calcio y fósforo, esenciales para ganar masa muscular.
Alimentos que una dieta de alcalinos nos invita y prohíbe comer
Los alimentos alcalinos que podemos consumir dentro de la familia de las frutas y verduras son los plátanos, aguacates, ajos, champiñones, col rizada, apio, jícama, pepino y judías verdes. Entre las legumbres y nueces están las lentejas, habas, almendras y judías blancas. Productos de soja como el tofu, agua alcalina, jugo de lima o limón, algunas bebidas verdes como extractos de vegetales y verdes en polvo. De los granos, el mijo, trigo y quinoa.
Sin embargo, existen muchos alimentos que debemos evitar, o eliminar de raíz, como la cafeína, el alcohol, los huevos, pasta y arroz, cereales procesados, cacahuates y nueces, productos de trigo integral, y los alimentos procesados con altos niveles de sodio. Los productos lácteos como el yogurt, leche, queso y crema. Todos los tipos de carne, pescado, pollo, pavo, cerdo, y demás.