Uno de los más novedosos avances viene dado con el uso de la tecnología RFDI. A través de la cual se han desarrollado pequeños sensores que, al ser colocados en la piel, dientes o cualquier parte del cuerpo humanos, lee y trasmite información que puede ser utilizada en beneficio de la persona. En este artículo te daremos a conocer uno de esos pequeños sensores.
¿De qué se trata y cómo funciona?
Se trata de un sensor desarrollado por la Universidad Tufts y que se coloca directamente sobre un diente. Este viene con un monitor inalámbrico a través del cual se puede obtener información precisa y en tiempo real respecto a la salud y la dieta. Convirtiéndose en un instrumento invaluable ante una posible eventualidad médica o estudios clínicos que necesite el usuario.
Este dispositivo tiene un tamaño de tan solo 2 mm x 2 mm. Esta característica le facilita adherirse a las superficies dentales, así estas sean irregulares y transmitir desde allí todos datos en cuanto al consumo de sal, glucosa o alcohol que realice la persona. Dichos datos serán comunicados de manera inalámbrica a través de un dispositivo móvil.
Para cumplir con esta función, estos tipos de sensores están compuestos por tres capas. Dos de ellas son externas y la otra es una capa central que es la que se encarga absorber y detectar las sustancias químicas y nutrientes. Juntas, las tres capas operan como una antena para recolectar y transitar ondas de datos en espectros de radiofrecuencia.
Como característica especial, el pequeño sensor cambiará de color de acuerdo a la manera de hablar o a los químicos que detecte. Además, en caso de que la capa central absorbe sustancias como sal o etanol, sus propiedades eléctricas se trasladarán y el sensor absorberá “un espectro diferente de ondas de radiofrecuencia con intensidad variable”.
¿Qué beneficios proporciona este tipo de sensor?
El monitoreo de la ingesta dietética, no es un concepto nuevo. De hecho, anteriormente se utilizaba un dispositivo portátil que resultaba engorroso debido a la cantidad de cable que poseía, el uso de un protector bucal que requería y al hecho de que se debía hacérsele un reemplazo frecuente de los sensores.
Sin embargo, este nuevo pequeño sensor proporciona ventaja sobre sus antecesoras, principalmente por su tamaño. Además, que por sus características permite mantener un control en tiempo real de lo que ocurre dentro y alrededor del cuerpo de la persona que lo utiliza. Resultando así de gran utilidad para las personas.
Los científicos consideran que en el futuro a este dispositivo se le podría realizar diversas adaptaciones y así permitir la detección y registro de una gran variedad de productos químicos y nutrientes. Estos podrían ser publicados próximamente en revistas de salud.
