¿Cuál fue la razón del incremento? Los cambios de pautas que definen esta enfermedad, por parte de la American Heart Association y el American College of Cardiology. Dichas pautan hacen una definición más amplia de la enfermedad y recomiendan entre otras cosas reducir el umbral para que una persona sea diagnosticada como hipertenso.
Esto significa lo siguiente: con las pautas anteriores se establecía que un paciente era hipertenso si su presión arterial era de 140/80 mmHg; sin embargo la recomendación de los institutos antes mencionados es que esta medición baje a 130/80 mmHg. Asimismo proponen que el umbral de adultos de alto riesgo con hipertensión, y que necesitan tratamiento farmacológico baje también de 140/80 mmHg a 130/80 mmHg.
¿Qué consecuencias traería estas nuevas pautas para la hipertensión?
De implementarse estas nuevas pautas como guía para diagnosticar la hipertensión, automáticamente la cifra de adultos con esta enfermedad se incrementaría en un 13.7 %. Lo que se traduce en 31 millones de estadounidenses y 2.4 millones de australianos, que actualmente están en el renglón de bajo riesgo, por lo que no cumplen con un tratamiento farmacológico.
Ahora bien, son muchos los especialistas que no están de acuerdo con esta definición más amplia de la enfermedad. La razón principal de ellos es por la consecuencia inmediata de la misma que ya mencionamos: son más las personas que serán diagnosticada con este mal, incluso si su riesgo es bajo.
Asimismo, consideran que los pacientes recién diagnosticados con hipertensión se enfrentarán con una serie de problemas e inconvenientes que agravará su condición. Señalan que Algunos de estos problemas están ligados a la parte emocional pues “etiquetar a un paciente como hipertenso aumenta el riesgo de depresión y ansiedad en comparación con el riesgo para pacientes con la misma presión arterial pero que no ha sido etiquetado”
Debido a esa depresión y ansiedad muchos de esos pacientes podrían desarrollar reacciones adversas los tratamientos que les indiquen. Sumado a ello es posible que encuentren desprotegidos respecto a la cobertura de su seguro medico, pues su recién adquirida enfermedad podría ser establecida por las aseguradoras como una condición preexistentes y no le cubrirían los gastos y tratamientos que esta genere.
Y si se habla de beneficios respecto al riesgo de reducción de la enfermedad de cardiovascular. Los detractores de las nuevas pautas señalan que el 80% de los nuevos hipertensos podrían no obtener ningún beneficio. Mientras que “el 11% tendría beneficios marginales y el 9% tendría un beneficio mayor según el informe”.
¿Qué proponen entonces los especialistas?
Los investigadores surgieren que pese a las pautas propuestas por los institutos, los médicos no deberían etiquetar a sus pacientes que están el nuevo rango establecidos como hipertensos. Por el contrario ya sea que su presión arterial este por debajo o por encima a los 130 mmHg; deben motivarlos a llevar un estilo de vida saludable, pues esto tendrá un gran efecto en el control de la presión arterial.
Algunos aspectos que incluye ese “estilo de visa saludable” incluye una dieta con un bajo contenido de sal, la practica de ejercicio de manera regular, evitar el consumo de cigarrillos y bebidas alcohólicas y tratar de mantener un peso acorde. Claro está es posible que también necesite tomar algún tipo de medicación para bajar la presión arterial.