Los investigadores de Harvard descubrieron que, en comparación con la población general norteamericana, las azafatas tenían una tasa de incidencia cáncer de mama cincuenta y uno por ciento más alta. Mientras tanto, sus tasas de cánceres de piel eran hasta cuatro veces más elevadas.
Debido a que fue solo un estudio observacional, no se pudo determinar que factor específico es el que influye en la alta incidencia de la enfermedad. El estudio incluyó a más de cinco mil asistentes de vuelo de los EE. UU. Y no es el primero en encontrar esta relación entre Cáncer y vuelos frecuentes.
Lo que indica la investigación
Eileen McNeely, investigadora principal, dice que este es uno de los estudios más completos que se han realizado. Las tripulaciones de vuelo tienen una serie de exposiciones que podrían desempeñar un papel en los altos riesgos de padecer cáncer que tienen los asistentes de vuelo.
Se ha hablado mucho acerca de la exposición a la radiación ionizante cósmica. En altitudes de vuelo, las personas están expuestas a niveles más elevados de esta. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de USA dice que de todos los trabajadores expuestos a la radiación, la tripulación aérea tiene los niveles promedio más altos.
Pero nadie sabe con certeza si estas sospechas de la radiación cósmica tienen fundamentos. Las tripulaciones aéreas también entran en contacto con muchos productos químicos. Además, los equipos de vuelo se enfrentan a los constantes cambios en la zona horaria y los horarios de sueño irregulares.
Es muy difícil determinar cuál de esos factores podrían ser más importante que otros, o si se trata de una combinación de todos ellos o que hace que los asistentes de vuelo tengan incidencias muy altas de cáncer, según lo manifestó McNeely.
Segundas opiniones
También es posible que existan factores no relacionados con los trabajos de los asistentes de vuelo, afirmo el Dr. Paolo Boffetta, profesor de oncología y medicina ambiental en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Boffetta afirmo que por ejemplo, podrían tener más exposición a los rayos UV debido a su oportunidad de viajar. También destaco que las mujeres tripulantes pueden posponer su maternidad. Y factores reproductivos como estos están relacionados con el riesgo de padecer cáncer de mama.
Aun así, McNeely insiste en que su equipo encontró evidencia de que en los auxiliares de vuelos más largos, mayor era el riesgo de padecer cáncer. Entre los tripulantes, el riesgo de padecer la enfermedad aumentó directamente proporcional a la permanencia en el trabajo.
Si las causas no están claras, ¿qué se puede hacer?
McNeely afirmo, con bastante regocijo, que la Unión Europea ya dio un paso en esta vía. Como legislación, requieren que las tripulaciones aéreas sean monitoreadas constantemente para evitar sobreexposición a la radiación. Si alcanza un cierto nivel, sus horarios de trabajo son ajustados.
Sin embargo, como aun no están claros los motivos de este gran problema, las medidas que se pudiesen tomar son simplemente especulativas, puesto que no se sabe si atacaran la razón principal de la alta incidencia.
¿Qué pasa con los pasajeros que vuelan con frecuencia?
McNeely dijo que no está claro si los pasajeros también enfrentan algún riesgo para su salud. Primero se procedió a estudiar a los trabajadores, porque tienen una mayor exposición. Pero por los resultados obtenidos hasta ahora, es probable que también los pasajeros puedan ver comprometida su salud.