Sin embargo, la verdad es muy distinta. Resulta que muchos, si no la mayoría, pueden llegar a ser altamente riesgosos para la vida de quien los consume.
¿Por qué son peligrosos?
El origen del problema con los aceites radica en que están compuestos mayormente por grasas poliinsaturadas. Estas ocasionan que se oxiden con prontitud y que, además, generen una alta cantidad de radicales libres. Por supuesto, solamente ocurre bajo efecto del calor o de la luz.
A pesar de esa condición, los aceites siguen siendo arriesgados. Especialmente porque en muchos casos no se advierte a los usuarios sobre el problema. En consecuencia, acaban colocando los envases en lugares expuestos a temperaturas muy calientes o a una luz intensa sin prestarle atención
En algunos casos aún peores, los aceites se inflaman incluso antes de que se los utilice para cocinar. Ello sucede debido a que son bastante refinados durante su proceso de creación, lo que adelanta su oxidación considerablemente.
Publicidad engañosa
Existen muchos anuncios publicitarios que aseguran que los aceites que promocionan son saludables. Sin embargo, en la mayoría de los casos son todo lo contrario. A veces ni siquiera son probados antes de salir mercado.
Uno de los casos más resaltantes sucede con el aceite de canola. Usualmente se dice que no presenta riesgo alguno para la salud de los consumidores. Aunque lo cierto es que su composición, más allá del grano usado, es igual a la de los otros. Es decir, también se oxida rápidamente.
Consecuencias de estos aceites
Los aceites para cocinar, a causa de sus grasas poliinsaturadas, pueden ocasionar inflamación dentro del cuerpo. La misma es considerada por muchos expertos como un asesino silente, ya que opera sin dejar síntomas que la delaten.
Pero eso no disminuye su riesgo. Sucede que la inflamación, si bien no es peligrosa por sí sola, puede provocar o acelerar muchas enfermedades. Entre ellas algunas relacionadas con el corazón y hasta cáncer.
Alternativas a los aceites para cocinar
Por fortuna para las personas, existen alternativas por las cuales reemplazar estos aceites. Se las puede agrupar principalmente en dos: los aceites tropicales y la mantequilla cruda. Ambos casi siempre son subestimados debido a que su utilización no es tan popular como la de los demás.
Otra de las opciones alternas más recomendadas por los doctores son las grasas saturadas. Para tal consideración se basan en que poseen un nivel de estabilidad mucho mayor y una propensión menor a inflamarse. Asimismo, los triglicéridos que contienen ayudan a las dietas.
Ahora bien, hay dos aceites cuya aplicación está exenta de riesgos. De ahí que sean tan promocionados por los médicos especializados y que día a día sean más utilizados por las personas. Son, a saber, los siguientes:
Aceite de oliva virgen
Este aceite es particularmente saludable, puesto que es casi por completo monoinsaturado. Sumado a eso, cuenta con una estabilidad bastante alta que equilibra su uso. Y a temperaturas bajas da aún mejores resultados.
Aceite de macadamia
El aceite de macadamia también es monoinsaturado y considerablemente estable. Por si eso fuera poco es capaz de añadir un sabor extra en la cocción, lo que condimenta el resultado final. Igualmente puede ser utilizado para hornear, gracias a sus propiedades.
¿Hay que evitar el uso de aceites para cocinar?
A pesar de los riesgos que presentan muchos aceites para cocinar, no necesariamente hay que evitar su utilización. Más bien lo recomendado es optar por las alternativas, como algunas de las que se planteó anteriormente.
Eso sí, es provechoso no usarlos de forma muy regular. Ello evita una acumulación innecesaria de calorías, que pueden provocar sobrepeso y también problemas como la diabetes y la insuficiencia renal.