Al llegar a los 60 sólo la mitad de esta hormona sigue funcionando, pero nunca con la intensidad y fuerza que cuando teníamos 25. Nuestra pituitaria o glándula situada sobre la base del cráneo, cuando tenemos 20 años ella produce 500mg por día, y va disminuyendo con la edad. A los 40, 200mg y a los 60 se reduce a 25 mg.
Conociendo más sobre la HGH
La HGH, por su parte se libera poco a poco, más al llegar la noche y sólo puede ser viable en la sangre por unos minutos. De igual forma estimula que el IGF-1, factor insulínico sea liberado a través del hígado, su vida es un poco más larga. Por esta acción se vuelve más fácil medir cada nivel de IGF-1 en la sangre para reconocer la cantidad de HGH que es liberado.
El principal investigador de HGH, pionero en estos estudios desde 1986, Daniel Rudman, comprobó que cuando los niveles de IGF.1 se hallan por debajo de 350 son indicativos de deficiencia. También llegó a la conclusión que los humanos entre 20 y 40 años, producen un 95%. A su vez que hombres sanos alcanzan niveles de IGF-1 mayores a 350. Y fijó que al ser mayores perdemos esos óptimos niveles.
Sin embargo, afirmó que con una buena estimulación la glándula pituitaria tiene la capacidad de liberar HGH como si estuviera en los 20. Este fenómeno se debe a que no disminuye su capacidad para producir hormonas. Asimismo el hipotálamo, encargado de estimular los niveles de HGH se vuelve menos sensible a medida que estamos avanzando hacia la vejez. De hecho, el hipotálamo también secreta somatostatina, sustancia proteica que ayuda a suprimir la HGH y a otras hormonas que apresuran el envejecimiento.
En pruebas realizadas por Rudman y un equipo de profesionales en la búsqueda de desarrollar su innovador trabajo utilizó hormonas del crecimiento inyectables en personas de edad avanzada. En esta práctica descubrieron mejoras en la salud corporal de los sujetos mayores:
Se pudo evidenciar que los pacientes lograron cambios favorables en el estado de sus memorias. Las arrugas de la piel se borraron en un alto porcentaje. La piel de los pacientes se volvió más gruesa con más colágeno, la celulitis se redujo casi al mínimo.
Obtuvieron una mejor visión. Hubo un aumento de energía en su organismo y un mejor rendimiento al ejercitarse. La masa muscular aumentó un 8,8% La grasa se redujo en un 14.4% Su corazón fue fortalecido con mejor ritmo cardiaco. Los huesos se fortalecieron más y hubo disminución de la osteoporosis. A la par se evidenció una mejor cicatrización de heridas, en menor tiempo y revitalización del órgano.
Blackman y Harman actualizan estudio original de Rudman
El Dr.PhD, en 1999, Cass Terry, informó algunas consideraciones sobre un estudio realizado por Blackman y Harman aplicado en una muestra de 125 pacientes (52 mujeres y 61 hombres de 65 a 88 años). A este grupo le aplicaron inyecciones de HGH por 6 meses y obtuvieron resultados súper exitosos La experiencia dio crédito a la idea de revertir el envejecimiento usando como detonante la elevación de las hormonas en adultos sanos y en jóvenes propuesta por Rudman.
En el estudio estos creativos científicos decidieron tener dos grupos a uno de ellos se le administró por vía la hormona del crecimiento, y a los otros se les aplicó una combinación de HGH con testosterona en hombres y HGH con estrógeno para mujeres. Un tercer grupo nada más se le suministró un placebo.
Estos fueron los resultados
Se evidenció en ellos una actitud y una estabilidad emocional superada al ciento por ciento respondida en el 62% de los pacientes. El 84% de los pacientes obtuvo una repotenciación de su energía. Asimismo el grosor, textura y elasticidad de la piel se vieron mejorados en más del 68% de la muestra. La inapetencia, frecuencia y duración en la relación sexual se activaron favorablemente en casi el 75% de los estudiados.
Conclusión
Tanto Rudman, como Blackman y Harman demostraron que, aunque la hormona del crecimiento se reduce con la edad, existe la posibilidad de revertir el hecho. Aplicando HGH inyectado y otras hormonas el organismo al llegar a la vejez, pueda funcionar como si tuviera menos años. Esta teoría positiva va en contra de muchas corrientes que piensan que la vejez es señal de término de todas las buenas funciones en el organismo.