Por lo general cuando posterga las actividades por otra acción, esa otra no es tan relevante. Recientes estudios descubrieron que el área del cerebro relacionada con la motivación es más débil en aquellos que posponen las actividades. Pero hay personas que sí ejecutan las acciones rápidamente. Descubre en este artículo la relación de la amígdala con la procrastinación.
La amígdala y la procrastinación
La investigación sobre el comportamiento y la definición para que una persona tenga procrastinación se hizo en Alemania. Específicamente en la Universidad Ruhr de Bochum con unos especialistas, quienes escanearon el cerebro de un grupo de personas. Estos detallaron diferentes áreas del cerebro entre ello, la relación de la amígdala con la procrastinación.
La amígdala es una parte que está localizada en la zona del cerebro que tiene una constitución redonda. Cada parte de este órgano aporta algo y cumple una función importante, por ello la amígdala no escapa de esto. Los estudios dieron a conocer que las personas que padecen procrastinación tienden a poseer esta área con mayores proporciones.
La amígdala es de suma importancia porque controla la motivación o las emociones, que influencia en la procrastinación. De esta manera, dicha zona índice en las acciones que puede tomar el ser humano así como también las consecuencias negativas. Igualmente, quien tiene esta área más grande tienen un comportamiento más impaciente y, por ende, de indecisión.
Acción del cerebro
Existe un área que también pertenece al cerebro y juega un papel importante para determinar este tipo de comportamiento. Se trata del cortex del cíngulo anterior, conocido igualmente como ACC dorsal. Cuando una persona sufre de procrastinación es porque la conexión entre la amígdala y la ACC dorsal es frágil. Según demuestra el mismo estudio realizado.
Esto debido a que el cortex del cíngulo anterior controla diferentes actitudes de la personalidad del individuo. Entre ellos, la empatía, las emociones, las decisiones, los impulsos y la administración de esos sentimientos. Por este motivo si la relación de la amígdala y la ACC dorsal se encuentra perjudicada. Traerá consecuencias en el manejo de las actividades y el éxito del mismo.
Dichos resultados se dieron luego de que el grupo de investigación hiciera una encuesta para analizar a ciertas personas. Sobre todo con el fin de determinar cuál es la actitud entre quienes terminan sus actividades o las postergan. Después, los sometieron a varias resonancias magnéticas y así determinar el tamaño de diferentes áreas del cerebro y su respuesta.
Influencias
Sin embargo, a pesar de estos hallazgos la investigación no sugiere si un entrenamiento específico tiene influencia. Es decir, si las estimulaciones en el cerebro podrían representar una modificación en las cualidades del ser humano. Como por ejemplo las especificaciones conductuales o neuronales, por ello se esperan que nuevos estudios lo den a conocer.
Lo sorprendente es que la revelación no tiene nada que ver si la persona se encuentra sana. Esto en cuanto a salud, pues un individuo sin otra enfermedad no tendrá nada que ver con la procrastinación. Por eso el hallazgo fue tan clave y relevante para los especialistas.
A los doctores les tocará realizar nuevas investigaciones con el fin de acercarse a otras áreas del cerebro. Y, sobre todo, a las influencias del mismo con otros mecanismos. Entre ellos las condiciones de nacimiento, si esto nace con la persona o lo desarrolla.