Esto debido a que la soda de dieta aumenta el riesgo de ceguera diabética. Tal afirmación se demostró luego de un análisis publicado por la Clínica y Oftalmología Experimental. Este hallazgo es el primero en examinar la relación entre los refrescos y las posibles consecuencias que tendrían las personas diabéticas.
Influencia del consumo de refrescos
Los especialistas que participaron en esta investigación han dado una señal de alerta sobre el consumo de refrescos. Ya que demostraron que estos incrementan el riesgo de alguna afección ocular diabética. Incluso comprobaron que puede inducir a una ceguera. La enfermedad en sí se trata de retinopatía diabética proliferativa.
Eva Fenwick, profesora de la Escuela de Medicina Duke-NUS en Singapur, explicó a profundidad las posibles secuelas. Aseguró que los pacientes que ingieren más de cuatro latas de soda de dieta por semana tienen más posibilidades de contraer retinopatía diabética proliferativa. Esta cantidad equivale aproximadamente a 1,5 litros de refrescos de este tipo.
Los riesgos, en estos casos, se incrementan el doble. Durante la investigación también analizaron los efectos de los refrescos tradicionales. Sorpresivamente los resultados para quienes ingirieron sodas regulares no fueron los mismos. De esta manera, se confirmó que la soda de dieta aumenta el riesgo de ceguera diabética.
Investigaciones previas
En las dos últimas décadas las empresas han promocionado las sodas de dietas como una alternativa saludable. Incluso los comparan con los refrescos normales e indican que los primeros son mejores. Pero investigaciones previas a la recién publicada demuestran que los edulcorantes artificiales hacen daño al organismo de manera grave.
Según estos estudios en concreto las consecuencias de los refrescos dietéticos incluyen enfermedades con el corazón. Entre las que se encuentran las afecciones cardíacas, ataques cerebrovasculares y mayor riesgo de diabetes. Los especialistas señalaron que las bebidas de dietas engañan al cuerpo una vez que se consumen.
De esta forma el organismo considera que ha ingerido más energía de lo que en verdad poseen. Con el pasar del tiempo, la persona experimentará más hambre y luego consumirá más calorías. Pero el nuevo estudio examinó entre 2009 y 2010 a 609 adultos, de los cuales 73 tenían diabetes tipo 1. Mientras que 510 fueron diagnosticados con tipo 2 y 26 con tipo desconocido.
Más sobre el hallazgo
Para efectuar el análisis, los participantes dieron a conocer mediante un cuestionario la cantidad de refrescos que consumían. Cabe destacar que la edad promedio de dichos pacientes fue de 64.6 años y respondieron a 145 preguntas. El 46,8% de estas personas afirmaron haber tomado sodas regulares. El 31,2% señaló que bebieron refrescos de dieta.
Además, el resultado arrojó que la cuarta parte del total de participantes tenían retinopatía diabética proliferativa. También descubrieron que las personas que consumían 12 onzas de refrescos de dieta a la semana aumentaban el riesgo. En total poseían 2.5 veces más posibilidades de desarrollar la enfermedad.
Los especialistas igualmente trataron de indagar sobre otros elementos que pueden generar la retinopatía diabética. Entre las que se encuentran el tabaquismo, el índice de masa corporal y la duración de la diabetes. Al contrario de ello, los pacientes que ingerían refrescos tradicionales eran menos propensos a tener la afección.
Consumo de refresco regular
Fenwick indicó que posiblemente el refresco regular no incremente el riesgo de dicha enfermedad por una razón. Expresó que puede tratarse a la forma en como abordaron la investigación. Ya que fusionaron las categorías de altos y moderados consumidores. Lo que quiere decir que al unir ambas escalas, esto pudo modificar los resultados.
Pero aclaró que es evidente que las sodas de dietas tienen efectos muy nocivos para la salud. Por ello, alertó a los pacientes y a los médicos a que controlen el consumo de este tipo de bebidas. Sobre todo en aquellas personas que tienen diabetes o enfermedades similares.