Todos esto forma parte de un amplio mundo de emociones que por más que las queramos evitar están allí esperando al mejor momento para aparecer y tomar el protagonismo. Cada una de las cosas que sentimos se generan por consecuencias de la vida que nos permite valorar una situación compleja o sencilla.
¿De dónde vienen nuestras emociones? Es sencillo, nuestro cerebro está modificado para percibir amenazas y recompensas. Si esto pasa, la zona sensorial del mismo nos alerta a través de mensajes que corren por todo nuestro organismo. Si estamos en una situación de amenaza, nuestro cerebro le genera a todo el cuerpo adrenalina y cortisol que nos prepara para para una posible pelea. En cambio, si detectamos algo gratificante el cerebro nos genera oxitocina, dopamina y serotonina, químicos que nos motivan a continuar en cualquier actividad.
Investigación reveladora
Parece extraño, pero es una realidad. En un estudio se ha analizado la posibilidad de que los sentimientos pueden predecir los trastornos alimentarios. Claro, todo esto acompañado de muchas variables. Las más importante son: el papel predictor y los perfiles emocionales. En los próximos párrafos comprenderás todo este proceso, solo sigue leyendo.
Esta investigación tiene dos objetivos claros: conocer si existe la posibilidad de que las variables emocionales desempeñen un papel fundamental en el trastorno alimentario o si los perfiles emocionales de hombres y mujeres que han padecido este tipo de trastorno pueden ocasionarle un daño al organismo en un corto plazo.
Para eso, se presentaron las siguientes variables: las relativas a la experiencia emocional, que están representada por la frecuencia de emociones negativas y positivas, la baja autoestima, la dieta, el peso y la forma del cuerpo. Asimismo, está la actitud negativa a la expresión emocional, que se forma por la alexitimia y las emociones negativas.
Estudio realizado en mujeres
Un total de 433 participantes, todas mujeres, formaron parte de este extenso estudio. El resultado reflejó que un grupo de 143 padecían de algún trastorno alimentario mientras que 145 de ellas, estaban en proceso de desarrollar una afección. Esta investigación demostró que la mayoría de las variables ya desglosadas en este articulo generan riesgos de desarrollar y padecer esta enfermedad.
Las probabilidades aumentan aún más cuando las variables más susceptibles como lo son: la apariencia personal, la baja autoestima, la dieta realizada para perder peso y la tendencia de actuar de manera impulsiva, generan en la persona una serie de actitudes que tienen importantes implicaciones para el desarrollo de programas de prevención que le otorgan a la persona oportunidades de evitar los trastornos alimentarios.
En Conclusión…
Las consecuencias graves que puede dejar una enfermedad de trastorno alimentario alarma al mundo. Este tipo de padecimiento se presenta de una manera muy sutil, pero son muchas las personas que no saben manejar este tipo de afecciones. Sin embargo, hay una luz al final de túnel, son muchos los estudios que se están realizando para encontrar la solución definitiva a este tipo de problemas.
La esperanza de mucha gente está puesta en lo nuevo que pueda ofrecer la tecnología. Cada estudio cuenta, es por eso, que a medida de que pasen los años encontraremos más respuestas a enfermedades que nunca pensábamos que tenían una cura o que ayudarían a mejorar la vida de una persona.